La invasión infinita

¿Requisitos para ser una película de culto? Por ejemplo, que un escritor hoy casi mítico haya trabajado en su realización. Mejor aún si dicha cinta fue, en su momento, poco valorada por el público de su país. Naturalmente que haya reposado largo tiempo en el olvido antes de ser avistada por críticos y entusiastas. Mayor exquisitez si pertenece a una cinematografía accidentada como Sudamérica. En concreto, “Invasión” (1969), una película distinguida por el inmenso nombre de quien fue uno de sus guionistas: Jorge Luis Borges. La película de culto argentina por excelencia.

El director argentino Hugo Santiago había imaginado para su primer largometraje una ciudad imaginaria sitiada por fuerzas extrañas. Pensó que de escribirla lo haría a la manera de Borges y Bioy Casares. Suerte la suya fue tener en confianza a este último y poder ir a su casa a proponérselo. Después de experiencias desigualmente satisfactorias con el cine, una adaptación del relato “El Hombre de la esquina rosada” y la primera versión de “Emma Zunz” bajo el nombre de “Días de odio” (1954), Jorge Luis Borges es convocado por Casares para trabajar por primera vez como guionista. Junto a Santiago, el dúo de escritores se entusiasmó con el proyecto y echarían a andar la máquina de escribir.

“Invasión” es una historia fantástica en el sentido más sutil del término. Corre el año 1957, Aquilea, una ciudad ficticia que no oculta su gran parecido con Buenos Aires, está siendo rodeada silenciosamente por misteriosos enemigos. Don Porfirio dirige un grupo, al parecer clandestino, de defensores de la ciudad. Identificables por sus trajes oscuros, un puñado de habitantes de Aquilea se arriesga en el intento de sabotear el avance del poderoso invasor. Sin embargo, la toma de Aquilea parece ser un hecho inminente y toda resistencia condenada a la inmolación. Sospechando que luchan por una causa perdida, los defensores, tras fracasadas escaramuzas, van desapareciendo en el heroísmo. Los hábitos de la vida cotidiana (tomar mate con los amigos, la convivencia entre esposos) se van contaminando de idealización mientras la realidad se extinge solemnemente. Un lúgubre músico reaparece a lo largo del film con su guitarra a cuestas interpretando la Milonga de Manuel Flores cuya letra, escrita por Borges, es una resignación tranquila frente a la muerte: “Manuel Flores va a morir, eso es moneda corriente. Morir es una costumbre que sabe tener la gente. Y sin embargo me duele decirle adiós a la vida. Esa cosa tan de siempre, tan dulce y tan conocida”.

Vista hoy “Invasión” nos sugiere además una metáfora anticipada del régimen fascista que secuestraría Argentina pocos años después. Los hombres de trajes claros, tal es como visten los invasores, capturan a un militante y la infame picana hace, posiblemente, su primera aparición en el cine argentino. Sin embargo, como en la Argentina real, en la invadida Aquilea florece una resistencia condenada a ser infinita.

El universo de Borges nos habla en "Invasión", principalmente, a través del tema del heroísmo. Como sucede en su literatura, el film refleja su fascinación por el coraje arrebatado y el destino fatal, a veces glorioso, a veces vano, de los héroes. En los boliches de Aquilea la valentía es lo más preciado. Por otra parte, "Invasión" está influida por la concepción borgeana del relato fantástico, es decir donde no existe lo "sobrenatural" sino la especulación de otras nociones del tiempo y el espacio, aplicadas a mundos imaginarios.

Estilísticamente, “Invasión” bebío de las tendencias más vanguardistas del cine francés de la época. Hugo Santiago obtuvo su formación como cineasta siendo asistente de Robert Bresson. Por eso su estilo tiene más predilección por hilvanar pequeños momentos poéticos que en sacar adelante un gran relato épico. La acción transcurre sin explicación de causas, dejando al espectador mucho a su intuición, expresándose a través de diálogos literarios, sonidos, miradas y emplazamientos silenciosos. Aunque tal vez excesivamente densa en su devenir, “Invasión” es en conjunto una película sugerente y original, con materia para varias visiones.

Seguramente debido a tales características, esta película fue un rotundo fracaso comercial en Argentina. Borges, que ya por entonces era ciego, nunca la pudo ver (aunque solía ver cine a oídas) pero lamento su fracaso. Tal vez de alguna forma todo esto también estaba previsto. Santiago se instaló definitivamente en Francia donde realizó, nuevamente en colaboración con Bioy Casares y Borges en el guión, “Les Autres” (Los Otros, 1974), la historia de un librero que buscando la causa del suicidio de su hijo, se encuentra con sus otros "yo". La carrera posterior de Santiago tomó rumbos todavía más vanguardistas, mezclando lo clásico con lo experimental, alternando la producción de “objeto audiovisuales” con esporádicas obras de ficción. Toda un filmografía solitaria y casi secreta que en su mayoría no estrenaría en Argentina. En 1985, con “Les Trottoirs de Saturne” (Las veredas de Saturno), vuelve a recrear Aquilea para contar la historia de un bandoneonista exiliado en París. Lo que en “Invasión” comenzó como una ciudad sitiada, en “Las veredas de Saturno” la ocupación abarca todo un país. Con la dictadura militar de por medio entre ambos filmes, lo fantástico, que en “Invasión” distanciaba el relato de un contexto histórico específico, en “Las veredas de Saturno” adquiere una connotación política y de añoranza por una patria irrecuperablemente perdida.

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Cómo conseguirla:
Si esta película es rara
en su país de origen imaginen
cómo sera en el Perú. Debo
el descubrimiento de "Invasión"
a la gentileza de alguien
que la puso en el Emule.
Eso sí la descarga tomó
bastante tiempo.


Para descargar: Aquí enlace eD2K

¿Cómo funciona? Consejos técnicos

8 comentarios:

Iveldie dijo...

Pues la verdad que no me suena de nada. Me la pongo a bajar ya mismo. De Borges intenté leer "El Aleph" y me pareció insufrible, lo he intentado acabar en decenas de ocasiones y es superior a mí, no me entero de nada. ¿Esta película es tan complicado como sus relatos?

Saludos

Horrorscope dijo...

Yo tampoco la conocía, gracias por el descubrimiento. Gracias por comentar en mi humilde blog, la verdad es que su blog mola bastante.
"Faster, Pussycat... " lo mejor que pudo hacer un ser humano (aunque todos sabemos que tito Russ estaba por encima de la especie humana), una persona que realiza un análisis de esta película como el suyo merece todos mis respetos.

Oscar Pita Grandi dijo...

Muy bien Andrés. Esta se me había escapado.

Antonio dijo...

No sólo he encontrado este blog, sino que descubro que entre sus comentantes se encuentran dos insignes como iveldie y horrorscope... esto de las películas bizarrísimas me encanta, espero poder visitarle con frecuencia y encontrar joyas interesantes

Raquel dijo...

Qué cantidad de descubrimientos te debo...

Gracias por enlace!

Rosenrod dijo...

Esto sí que es una auténtica rara avis... y además, bien prometedora. Procederé a rebuscarla.

Un saludo!

Anónimo dijo...

en "el oro de los tigres" Borges refiere los que considera son los cuatro ciclos argumentales posibles, uno de ellos, la ciudad sitiada, ejemplarmente puesto en escena en esta película, de la cual supe gracias a este blog, un solo pero, el epílogo (que es tan epílogo que sale después de la palabra FIN), que adopta una postura política que la película, circunscrita al universo de lo poético, había evadido. Ese recurso panfletario e innecesariamente esperanzador, es tan torpe como el final de "Rebelión en l agranja" (la película), y Godard, Resnais, o Bresson no lo habrían usado jamás

si no fuera por esto, además de película de culto sería una obra maestra, igual fue un placer verla

veronica dijo...

Hola, estoy buscando los dos films y me es imposible encontrarlos...
Veo que en algún momento creaste un enlace para descargarlas pero ya no funciona, serías tan amable de ayudarme con la busqueda y facilitarme el acceso a ambas? te agradezco